domingo, 11 de enero de 2015

El Carnaval de Cádiz ya está aquí #COAC2015

Ayer. La pestiñada de la Peña los Dedócratas.

Hoy. La erizada en el barrio La Viña y la Ostionada en la Plaza de San Antonio.


Pistoletazo de salida

¡¡Ya está aquí el Carnaval de Cádiz!!


Solo quedan cuatro días para que dé inicio el Concurso Oficial en el Gran Teatro Falla. Entradas más que agotadas. Más ganas de coplas, imposible. 

"Tú siempre vas a ser mi niña guapa, que peinó tirabuzones. Por eso Cádiz te pido, que perdones mi osadía, quisé traer la belleza cuando tú ya la tenías" 

"Aunque no sea Sabina, Serrat ni Aute ni falta que me hace. Que yo de tarde en tarde te saco los colores y unas risas con mis canciones de carnavales. Estas canciones me hacen feliz y voy silbando un 3x4 sin rumbo y caminando por las calles de mi ciudad voy pintando coloretes currando pa mi gente, jornaleros del carnaval no tengo mas metas que estar aqui que esto que yo te hago ya es para ti"

Y aunque uno que ya no quiere pasar por allí dijera:
"Y desde la playa de La Victoria, nos contemplan en una zodiak tres millones de años de historia. Gracia. Ahora ha salido un eslogan que a mí me hace gracia. Cádiz patrimonio de la humanidad y un mojón pa los humanos. Cádiz es de Cádiz na más y es patrimonio del gaditano"

Los de fuera les contestamos con un:
"Yo aprendí el 3x4 en un mostrador, 
pero con estos dedos suena más a un 3x2, 
no he estudiao ni letras, ni ciencias, ni na, 
yo he estudiado pa tirarme del Puente Canal 
He jugado de niño a ser comparsista de postín, 
y a lo más que he llegao a darle la mano a Antonio Martín.
Y así fui descubriendo tu magia y tu sal, 
tu sol de media tarde que te hace brillar, 
tu verano, tu otoño para pasear, 
descubrí tu perfume que es tan peculiar 
Y esa chispa que ustedes tenéis al hablar; 
sabaditos de churros, diarios y Plaza Libertad 
Descubrí que aunque no eras mi planeta, eras mi hogar.
Y así fue que empecé a quererte imitar, 
a aprender tus costumbres, ser como eres tú, 
a sentir vuestras cosas, a llevar vuestra cruz, 
a entender tus manías, tu arte y tu luz, 
comprendí que en tu esencia está tu virtud.
Y en tu dicha reí y en tus penas lloré
Todo por ti 
Porque amo a esta tierra como si hubiera nacido aquí
Y aquí siempre estaré y aquí quiero morir
Con lo que yo te quiero, 
todavía alguien hay 
que me dice: “lo siento,
no to er mundo puede ser de Cai”.
Con lo que yo te quiero
Con lo que yo te quiero."




¡A por un año más!

miércoles, 7 de enero de 2015

Los Reyes Magos existen. Ronda 2015.

Así. Tal cual.

La Reyes Magos existen.

De lo contrario no hay explicación posible para lo que yo he vivido estos días.

No he tenido ni un regalo. Material quiero decir.

No ha hecho falta.


Un niño que se acerca y te da las gracias como si no hubiera un mañana por un caramelo. Solo un caramelo, que ha tirado la anterior carroza y que lo has recogido tú del centro de la calle, donde nadie llega. 

Personas mayores que cantan contigo villancicos. Y los vuelven a cantar. Y olvidan por un momento que tienen dolores hasta en las manos y hacen palmas. Y aplauden cuando tú lo haces, sin saber que realmente les aplaudes a ellos.

Una chiquita de tres años que te enseña los juguetes que le acaban de llevar los Reyes a su asociación. Tan especial. Tan bonita. Tan increíble. 

Gente que sonríe en sitios tan duros como es un hospital, cuando parece que es imposible. Pues no. Van y lo hacen. Ellos, que quizás no tengan ni motivos. 

Un pequeño hombrecito que te canta "Tú me has hecho mejor, mejor de lo que era. Te entregaría mi voz a cambio de una vida entera. Tú me has hecho entender que aquí nada es eterno...", después de descubrir que su regalo era el último disco de su cantante favorito. 

¿Habrá regalo más verdadero?


Un grupo de personas que no conoces, pero no hace falta porque de repente llegan y te saludan con energía. Con la energía esa buena, la positiva, la que te hace pensar "Mira, no he escuchado casi ni tu voz pero prométeme que has llegado para quedarte". Así de fuerte, yo qué sé. Una botella de anís. Un autobús. Un microbús. Otro microbús. Y un coro. Y una guitarra. Y un arroz al solecito. Y una cena. Y miles de fotos. Y mucha comida. Y muchas horas. Y muchas risas. Y mucha música. Y mucho baile. Y mucha magia.
Y muchas gracias.

Imposible encontrar un regalo mejor.