El Mundo inhabitado

Unidad Editorial puso en marcha el pasado 21 de abril un nuevo ERE. Se dispuso a despedir a 185 periodistas de los medios y a 39 del área corporativa. En total, 224 puestos de trabajo. 224 personas. La mayor parte se concentran en el periódico 'El Mundo'. Una de las consecuencias más directas, después de un mes de protestas, ha sido la huelga que se está dando en esta misma jornada. Secundada por todos, la redacción se queda vacía:

 

Mañana podremos encontrar los kioskos sin El Mundo. La primera vez que la cabecera faltará a su cita con los lectores desde enero de 1994, cuando los sindicatos consiguieron paralizar el país por una huelga general contra Felipe González. Ni en los dos últimos ERES que han golpeado a Unidad Editorial se ha dado una respuesta tan masiva y tan drástica. 

Si echamos la vista un poco atrás y nos vamos a hace dos días, podemos ver cómo trataba este tema la sección de opinión de 'El Confidencial': El Confidente. Su titular (bastante largo, por cierto) ya deja claro qué es para él lo importante de todo este asunto: 

Tensión antes de la huelga en 'El Mundo': Galiano y David Jiménez, a palos por el ERE

Lo primordial, lo llamativo, el foco de la noticia es la tensión entre el dueño y el director, claro. ¡Qué raro que no se pongan de acuerdo! Si es la situación más normal del mundo:

-Galiano: David, mira que voy a quitarte a 94 trabajadores del periódico que diriges, ¿vale?
-Jiménez: De acuerdo

¡Cómo no va a haber tensión!

Pero El Confidente insiste en hacer extraordinaria esta pelea:

El chispazo final llegó esta semana, cuando Jiménez se negó a confeccionar una futura lista de despidos que dejarían a su plantilla mermada y con la moral por los suelos.

Hoy, El Mundo está inhabitado. Mañana el periódico saldrá en blanco. A veces, leo cosas y me digo: ¿y esto?¿por qué no se habrá quedado en blanco?

Una redacción vacía. Compañeros de profesión con su trabajo y su futuro dependiendo de un hilo. Currantes, de los de abajo, que pagan lo que los de arriba han hecho mal. Pero no son importantes para que El Confidente hable de ellos. Al confidente solo le importa el director. Porque, insisto yo ahora, el problema del ERE no es la cantidad de  puestos de trabajo que desaparecen, el verdadero problema es "El ERE ha supuesto un duro golpe para el director de 'El Mundo', que no ha logrado consolidar aún su proyecto y que teme que los despidos tengan graves consecuencias (...) sobre su propio liderazgo". 

Claro. Como él está cómodo en su sillón, para qué va a hablar de las injusticias.

Aunque sí hay algo con lo que estoy de acuerdo: el último párrafo. En él, se dice:

Se trata del tercer enfrentamiento de Galiano con un director de 'El Mundo' en menos de tres años. Y las dos anteriores terminaron con las salidas de Pedro J. Ramírez en 2014 y Casimiro García Abadillo en 2015. ¿Qué ocurrirá en esta ocasión?

Yo digo: Que pase el siguiente. 

Mi madre

Llevo 21 años empezando mayo con la celebración del Día Internacional de las Madres. Y todos creen que la suya es la mejor, aunque solo se lo digan ese día. La mía no es perfecta, pero nunca le ha hecho falta.

Son ya cincuenta y tantas primaveras las que lleva su cuerpo pequeñito en la espalda. La vida siempre ha sido un poco una carrera, de esas que tienes que ir esquivando obstáculos. Y creedme, a pesar de que haya momentos en los que no haya llegado a la meta, nunca se ha rendido. Y mirad que habría podido, de verdad. Y nadie habría tenido derecho a decirle nada, porque de caídas y tropiezos, mi madre tiene mucho para hablar. Ya sabéis qué perro es a veces el destino.

La tía crió a tres hijos ella solita, porque hubo alguien que prefirió ser de humo. ¡Y cómo ha llegado a asfixiar el humo! Pero bueno, eso ya es otro capítulo y es como el agua pasada, que ya no mueve molinos. Pa qué quería a nadie más, si siendo tapona (esto también es otro capítulo) no hay quién pueda con ella. Se ha quitado, y se quita, tanto tiempo de disfrute para que nunca nos faltara nada, que me siento incapaz de tener años suficientes para podérselo agradecer.

Y siempre quiere que salga y que disfrute. Que viaje. Que estudie. Que sea grande. Que aproveche. Que mire. Que sienta. Que no llore. Que no duela. Que todo se cura, dice ella. Y como soy pelín culito inquieto, siempre quiere que vuelva. En definitiva, quiere que viva lo que ella nunca ha vivido. Y justo eso es lo que quiero yo pa ella. Que viva lo que nunca ha vivido.

Lo que se calla. Lo que ha llorado sin que la vieran. Lo que ha gritado sin que la oyeran. Lo que se guarda en su adentros. Qué sabrá nadie todas las cargas que ha llevado a nuestra cuesta. Y eso es lo que demuestra su grandeza

Estoy convencida de que la suerte aún tiene algo esperando. Mientras, pa eso estamos sus hijos y su nieta. Sus ocho hermanos. Su novena hermana del alma que los papeles dicen que solo fue su cuñada. El resto de cuñados. Sus sobrinos. Sus amigas. Y todo aquel que la quiera bonito. Que no dejamos ni que el aire la roce, no sea que la vuelva a lastimar.

Y mirad qué está guapa. Lo siento, los genes me los quedo para mí Emoticono tongue

Buscad por el mundo si queréis. Eso sí, no encontraréis un Dios que sea ni parecido a esta señora. Por eso yo sólo creo en la generosidad, que la conozco hecha verbo y hecha carne en la piel y en el corazón de mi madre.

Feliz día, mamá.

(Y un besito dirigido al cielo para su madre y para su suegra, que también fueron grandes guerreras)

Te he dicho 1986 veces que te quiero. 

Tú si me apuras llegaste a 32. 

Que no sea un reproche que acabe en aguacero, 

pero es que yo también tengo corazón. 

No te culpo, fui yo quien pasee por la orilla 

de un cuerpo huérfano de playa.

Sin mar, sin sol, sin brisa. 

Sin un "No quiero quedarme con las ganas".

El tiempo se nos echó encima.  

Encima se nos echó hasta la vida. 

Empezamos avanzando como el fuego 

y al final con el fuego salió herida. 

Pensar en una despedida dolió

hasta antes, incluso, de conocerte.

Por eso, siempre que no juegue la muerte

yo jamás te diré adiós. 

He contado los segundos a tu lado. 

Aún están lejos de infinito.

Volvería sin pensarlo al pasado 

contigo. Así es. Lo admito. 

Te he dicho 1986 veces que te quiero.

Tú si me apuras llegaste a 32. 

No te hace falta ni decirlo.

Siempre lo has demostrado, corazón.