Fuera del hábitat

Cuando por circunstancias decides- o te obligan a- vivir fuera de Andalucía, lo primero que piensas es:

¿CÓMO SERÁN LOS EXTRATERRESTRES QUE VIVEN MÁS ALLÁ DE DESPEÑAPERROS?

Los "Di algo gracioso, anda", "¿Tú sabes hablar bien?", "Sois todos unos vagos"... y un largo etcétera de tópicos que se te vienen a la cabeza cuando te dispones a hacer la maleta. Preparas la ropa, las fotos, los bolsos... Coges lo que más pesa y lo pones en una caja que ya te mandará tu madre por Correos otro día...

Pero... dónde se meten los gazpachos, los salmorejos y las cañas+tapas, el pisar una playa y comprarte un espeto, los serranitos, el salir de casa con 10 euros y que te sobre para invitar a tu amigo a cenar, las macetas en las paredes, el manzanilla (que no tiene que ver con la infusión), la Cruzcampo, la calor, el lenguaje económico...

Así que ahí estaba yo. En un tren con la maleta una mijita cargada y con un par de molletes en la mano.

Un drama, amigos.


Si es que... quién nos mandará irnos, si como se vive en Andalucía no se vive en ningún lado. Y no lo digo yo, que lo dice The Telegraph (cuando nombras a un periódico extranjero siempre resultas más convincente).

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