viernes, 12 de diciembre de 2014

Cinco días para volver a volver




Siempre me rompo cuando se acerca mi cumpleaños. Siete días antes de Nochebuena. 14 antes de Nochevieja. Es una buena fecha, ¿no?

Creo que por eso no quiero seguir cumpliendo años. Porque lloro cuando se acerca. Porque me pongo triste. Y nunca nadie ha sabido verme, recomponerme y cambiarme. Ningún año. Nadie. Y no me da pena hacerme mayor, no me parece que me vaya a convertir en una vieja, aunque a veces lo diga. Me da pánico sentir que todo lo que le prometo a las velas de la tarta, no lo he cumplido. Porque yo no pido deseos, suelto promesas. 

Y les prometo cambiar. 

Dejar de llorar por quien nunca se ocupó de mí. Quien nunca me dio un abrazo sincero. Y todavía no lo he conseguido. 

Situarme. Saber dónde estoy en cada momento. Pero aún no he llegado a distinguir cuando me marcho de cuando vuelvo. Vuelvo a volver, en el sentido que sea. En la dirección que sea.

Me creo que hay alguien que tiene la misma necesidad de mí, como yo la tengo por otros. Entonces descubro que no. Y duele. Porque siempre llego tarde a la vida. A las vidas. Siento que conozco a la gente cuando ellos ya conocen a mil como yo. Y yo que siempre coloco al “nuevo” en mi lista de especiales. Aunque luego se caigan. 

Soy tan injusta. Acabo queriendo siempre más a la última persona que llegó, que a quien estuvo ahí desde que tengo recuerdos. Y siempre me parece poco. Entonces siempre voy a más, siempre doy más. Hasta que llegas al pico de la montaña, colocas la bandera y desciendes. Y vuelta a empezar. Y me sigue pareciendo poco. 

Cinco días para soplar las velas y hacer como si nunca me hubiera roto. Para celebrar allí lo que otros años me ha pillado aquí. Pero siempre faltará alguien. Echar de menos a los de un lado o a los de otro. Y vaya decisión. 

Me paso el cumple haciendo chas. Por si la canción es verdad y empiezan a aparecer en mi lado. Por si de repente me achuchan fuerte, aunque cinco segundos antes hubieran estado en Huesca, en Burgos, en Sevilla o en Valencia. Pero no. Eso sería demasiado fácil. 

Cinco días para volver a volver. Para sentirte, Andalucía. Para disfrutarte. Para olerte. Para recorrerte. Incluso recordarte.



Para volver a dejarte.

4 comentarios:

  1. Me encanta leerte. Tienes futuro con la escritura. Bienvenidos los veinte. T.Q.

    ResponderEliminar
  2. yo no sabía que este blog era tuyo!!! Me acabo de dar cuenta, y suelo leerlo desde que lo compartiste por primera vez.
    Enhorabuena!! mi cumpleaños es en abril, mi mes preferido del año por la semana santa, y te entiendo... ay...

    ResponderEliminar